Correrás ante los perros
Fabio es hombre de mediana edad originario de un barrio humilde de Bilbao. Es trabajador social y padre de dos hijos. De joven fue un talentoso jugador de hockey sobre patines que llegó a participar en varios mundiales con la selección nacional. En una entrevista para una publicación local, un periodista le pregunta de dónde sacaba la energía que mostraba en la cancha, furia de la que ha oído hablar. Entonces él recuerda al niño que fue, un crío de doce años al que le tocó sufrir hostigamiento y miedo. Sin casi pretenderlo, afronta el trago de confesar algunos secretos.
A lo largo de estas páginas, su infancia, su juventud y su edad adulta van quedando a la vista. En ocasiones uno comprende que lo que ha permanecido décadas en la sombra un buen día debe salir a la luz.
Una de las narraciones más emotivas del autor, un texto que ahonda en el fin de la inocencia, el dolor en soledad, la atracción de la venganza, el amor y la realización personal. Fabio, que de niño logró resistir, se convierte en un personaje inolvidable. Tal vez porque su historia nos emociona y remueve nuestra conciencia.
Dice el protagonista: El hockey me ayudó a tener unas metas. Nada de toda esa dureza necesaria en la pista es comparable a aquella vez que pisé la línea. No era la línea que delimita la distancia de penalti. No. Fue la línea que separa todo lo vivo de lo muerto. El punto final.
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